CIUDAD DE MÉXICO
José Luis Domínguez estuvo dos meses y medio internado en el Centro Médico Nacional la Raza, por las complicaciones de la Covid-19. En su momento más crítico pensó lo peor.
“Dejaron unas tijeras y cuando se fueron yo dije esta es mi oportunidad, no quiero sufrir y cómo pude, sin fuerza, me fui bajando, subí una pierna y poco a poco empecé a jalar la mesa, logré que se cayeran las tijeras a la orilla de mis pies, pero por la debilidad que yo tenía no podía acercarlas, por mucho esfuerzo que hice no pude, yo ya no quería estar allí sufriendo”, recordó José Luis.
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El recuerdo de las palabras de su hijo cuando era un niño lo salvó:
”Chiquito me decía no pacha nada papá, no pacha nada, yo lo repetí una y mil veces y eso me ayudó a salir y que no hiciera nada”.
Sin tener enfermedades preexistentes como diabetes o hipertensión, los síntomas de la Covid-19 que comenzó el 20 de mayo, dio negativo en una prueba realizada cuatro días después. Para el primero de junio fue necesaria su hospitalización en el Centro Médico Nacional La Raza. Tres días más tarde, fue intubado.
“Había días que entraba yo en crisis porque sentía falta de respiración, esa desesperación me hizo quitar todo, los tubos, la sonda, prácticamente todo porque me sentía muy mal afortunadamente llegaban las enfermeras y me volvían a colocar todo”, recordó.
Pasó un mes intubado, utilizando el ventilador al 100 por ciento, al ver los doctores que no recuperaba su capacidad respiratoria le hicieron una traqueostomía. A finales de julio, lo pasaron a piso. El 14 de agosto lo dieron de alta. Las secuelas continúan.
“Salí con una arritmia, sigo con tos, eso es parte de la secuela, ahorita me puedo sentar y empiezo a toser; ahora que estoy haciendo la terapia ejército todo; manos, piernas, ya me hicieron caminar, ahora sí que mis primeros pasos, pero ahí va si me ha ayudado bastante”.
José Luis es rehabilitado vía zoom con terapias de acondicionamiento físico que ponen a prueba a sus pulmones.
“Con José Luis hemos ido implementado el acondicionamiento físico y también hemos implementado un programa de fisioterapia respiratoria para mejorar la saturación de oxígeno”, explicó Catalina Santiago, su Fisioterapeuta del IMSS.
Pero además de las secuelas respiratorias José Luis tiene secuelas físicas. Por la inmovilidad de la hospitalización se le formó una escara en la zona sacra.
“Llorábamos, nos abrazamos y deseábamos que mi papá saliera adelante y yo creo que fue esa conexión que tengo yo con mi papá, como él dice, esa conexión tan fuerte que tenemos de decirnos échale ganas hijo, échale ganas papá porque de esta tenemos que salir”, expresó Alan, hijo de José Luis quien desde que su papá regresó a casa se ha encargado de estar al pendiente de su evolución.
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De manera particular se atiende las escaras, pues los hospitales aún no vuelven a la normalidad. El apoyo de toda su familia es lo que le ha ayudado a sortear todas sus necesidades.
“Yo le agradezco de veras a los doctores del hospital de la Raza, el doctor Canseco, en especial al doctor Márquez que estuvieron siempre al pendiente de mí, lógicamente también a las enfermeras. Si Dios me presta vida, también hay secuelas pero esas secuelas también las voy a vencer, si tuve la oportunidad de vencer este Covid puedo vencer muchas cosas más”, concluyó José Luis.
*brc
source https://www.excelsior.com.mx/nacional/sobrevivir-a-las-secuelas-de-la-covid-19/1415475
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