Llegó hace apenas 200 días a México y ya está en la final. Es increíble escuchar a todos aquellos que dicen que en el futbol se necesita un periodo de adaptación y que hay que tener paciencia para poder funcionar aquí.
Él ha demostrado con creces que es muy bueno, que le apasiona lo que hace y además está feliz en su nueva ciudad. Se llama Ariel Holan y es el técnico del León, un equipo que volvió de la división de ascenso para demostrar por qué es uno de los más grandes del futbol mexicano. Su equipo juega al ataque, toma riesgos, es atractivo y ganador. Holan no jugó futbol y eso a los futbolistas les duele como pocas cosas. Y les duele porque se pasan la vida diciendo que solamente desde los terrenos de juego profesionales se puede aprender la dirección técnica. Holan les está cerrando la boca y me parece maravilloso.
Un tipo sencillo, simpático y con buen discurso. Llegó al León y vio todo lo bueno que había dejado Nacho Ambriz para después hacerle algunos ajustes y ponerle su personalidad. Se para en la banda con sus jeans y su chamarra, da indicaciones y nunca pone nerviosos a sus futbolistas. Les da una gran paz para desarrollar lo que ya han trabajado y para lo que son capaces de demostrar. Tengo 35 años de carrera y he visto cómo futbolistas y entrenadores se cansan de complicar las cosas con el mundo del futbol. Es mucho más sencillo de lo que expresan y ver a Holan triunfando en su primera temporada les está provocando dolor de cabeza.
Lo que está haciendo Holan es una gran lección para todos aquellos directivos que se complican la vida a la hora de contratar técnico. No hay que ser un sabio, ni explicar la famosa línea de tres o cómo cierran los stoppers para entenderle al futbol. Aquí gana el que mejor juega, el que tiene más tiempo la pelota y el que mete más goles.
Para como ha estado el torneo, que ha sido el peor de la historia, es un bálsamo que el León llegue a la final por sus formas y por defender un estilo siempre pensando en el espectáculo. Nunca cuidan el resultado, nunca especulan, nunca son defensivos. Qué bueno que todos los que jugaron feo, los que se olvidaron de que esto es un espectáculo y que fueron ratoneros, ya están de vacaciones. Qué bueno que se vayan para replantearse todo el daño que le están haciendo a las nuevas generaciones que cada día que pasa consumen menos el futbol local.
Bravo por León y su ADN. Bravo por sus jugadores que son ejemplares. Bravo por Holan y su estilo. Bravo por su directiva. Bravo por su afición. Holan no jugó futbol y está en la final. Vaya lección para el futbol mexicano.
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source https://www.excelsior.com.mx/adrenalina/opinion/andre-marin/no-jugo-futbol/1486294
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