domingo, 5 de diciembre de 2021

Reseñas de cuentos imaginarios I

 

El encuentro con el libro que les voy a presentar fue forzado. Me dirigía a hacer una serie de trámites al SAT y un cuaderno hecho con hojas recicladas me tapó la cara por el vendaval. Me lo desembarré y lo dejé caer con el aliento a medio fuelle y asustada.

Cuando salí de la oficina, un anciano me dio el cuaderno, “vi cuando se le cayó señora”, aseguró. Casi por tirarlo vi su título, me sentí subyugada, era el más extraño que había leído: el nombre de un objeto hasta ese momento desconocido para mí. Su autor(a) firmaba como UZ.

El objeto era una obra de arte, ¿cómo no lo había notado? Las hojas parecían elegidas con sumo cuidado; sobre lo escrito había dibujos deliciosos en acuarela. Leí las páginas escritas a mano y después me di cuenta que las escritas a máquina, supuestamente hojas recicladas, eran otra versión de la misma historia, en épocas totalmente diferentes; sólo un personaje se repetía: Laura.

La sensación al terminar el cuento bicéfalo cambiaba, aunque tenía exactamente la misma intensidad para el espíritu: desolación e iluminación. El autor(a) se servía de estrategias literarias desconocidas para mí y extraía del alma de su lectora (yo) variantes de la misma emoción, estática de tanto movimiento. ¿Qué significa este cuento que me quiso asfixiar?

No es posible encontrar tranquilidad y estabilidad con este libro. Todo se mueve; cambia. Me presento en el lugar del beso entre el cuento y yo con la esperanza de encontrar a UZ. Hay muchas librerías cerca: hago un cartel en el que pongo la portada del libro con mis datos. Quiero conocer a UZ y saber qué más hay en el alma de Laura; tan hermosa y blanca, con su intuición de animal en celo.

Una tarde llamó UZ. Tenía una voz chillona, me recordaba a alguien. Tuve una sensación de repugnancia al escucharlo. Me propuso vernos y yo acepté porque tenía mucho tiempo que un cuento no me transportaba al centro de mi cuerpo; lleno de ese aire enrarecido, borracho de tanta memoria.

UZ era una persona muy conocida en el medio del espectáculo por ser superficial, recordé cuando nos vimos. El cuento doble de UZ es una línea que no hace diferencia entre lo vivido, lo soñado, lo pensado o lo deseado. El tiempo es un continuo que está únicamente en el cuerpo textual. Cuando lo leo regreso a mi infancia, pero también a la de todos los que crecieron conmigo, y aun los que no conozco están presentes.

UZ sonríe con satisfacción roja. “¿Encontraste el cuento de tu agrado? Dejé que lo tuvieras un rato, pero no hiciste nada, reí por eso, pudiste cambiarlo todo tontita. Hay otras tres copias circulando y los elegidos no han sido tan decentes como tú. Dame el texto”, dijo. UZ se dio media vuelta y caminó abrazando el libro. Mi mano todavía tiembla. Agaché la cabeza y el cuento estaba a mis pies, con otro título. Unos metros adelante UZ volteó, ya encorvado, y reconocí al anciano que me dio el primer libro.

 

Columnista: 
Imágen Portada: 
Imágen Principal: 
Send to NewsML Feed: 
0


source https://www.excelsior.com.mx/opinion/leda-rendon/resenas-de-cuentos-imaginarios-i/1486172

0 comentarios:

Publicar un comentario